El Día Mundial Contra la Obesidad lo instituyó la OMS con el objetivo principal de informar y sensibilizar a la población en general sobre la necesidad de la adopción de medidas para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad.
La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva en la cual una persona acumula una cantidad excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para su salud. En México, el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 75% de las personas adultas y al 35.6% de la población infantil. Estas cifras han llevado a que México se ubique en primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, superado solamente por Estados Unidos.
La obesidad es una enfermedad compleja causada por una variedad de factores: la genética, influencias fisiológicas, la ingesta excesiva de alimentos, vida sedentaria, malos hábitos de consumo, factores hormonales y emocionales, una enfermedad multifactorial que produce enfermedades colaterales: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad cardiovascular y cerebrovascular, hiperlipemia, dolor en las articulaciones y osteoartritis. Algunos tipos de cánceres, problemas al dormir, como roncar y apnea del sueño, dolor de espalda y dificultad para respirar.
En México, los estados con mayor prevalencia de obesidad son: la Ciudad de México, con un 32.9%; Estado de México, con 32.1%, le siguen Jalisco, Nuevo León y Veracruz. Al ser la causa de 41 millones de muertes cada año en el mundo (según los analistas), es que los entes internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otros, emiten recomendaciones a los países miembros con el objetivo de mejorar diversas áreas, como los derechos humanos, la salud, la educación, el medio ambiente, entre otros, y son resultado de investigaciones y análisis exhaustivos que buscan orientar a los países en la implementación de políticas y prácticas que promuevan el bienestar de los ciudadanos, con un carácter no vinculante, es decir, no son legalmente obligatorias; los países suelen tomarlas en cuenta debido a su importancia y relevancia en el contexto internacional. El Día Mundial Contra la Obesidad lo instituyó la OMS con el objetivo principal de informar y sensibilizar a la población en general sobre la necesidad de la adopción de medidas para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad.
La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva en la cual una persona acumula una cantidad excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para su salud. En México, el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 75% de las personas adultas y al 35.6% de la población infantil. Estas cifras han llevado a que México se ubique en primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, superado solamente por Estados Unidos.
La obesidad es una enfermedad compleja causada por una variedad de factores: la genética, influencias fisiológicas, la ingesta excesiva de alimentos, vida sedentaria, malos hábitos de consumo, factores hormonales y emocionales, una enfermedad multifactorial que produce enfermedades colaterales: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad cardiovascular y cerebrovascular, hiperlipemia, dolor en las articulaciones y osteoartritis. Algunos tipos de cánceres, problemas al dormir, como roncar y apnea del sueño, dolor de espalda y dificultad para respirar.
En México, los estados con mayor prevalencia de obesidad son: la Ciudad de México, con un 32.9%; Estado de México, con 32.1%, le siguen Jalisco, Nuevo León y Veracruz. Al ser la causa de 41 millones de muertes cada año en el mundo (según los analistas), es que los entes internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otros, emiten recomendaciones a los países miembros con el objetivo de mejorar diversas áreas, como los derechos humanos, la salud, la educación, el medio ambiente, entre otros, y son resultado de investigaciones y análisis exhaustivos que buscan orientar a los países en la implementación de políticas y prácticas que promuevan el bienestar de los ciudadanos, con un carácter no vinculante, es decir, no son legalmente obligatorias; los países suelen tomarlas en cuenta debido a su importancia y relevancia en el contexto internacional.
La Organización Mundial de la Salud ha sugerido que cada país debería destinar el 6% de su Producto Interno Bruto (PIB) a su sistema público de salud. Sin embargo, en México, el gasto en salud en 2022 fue equivalente al 2.91% del PIB, lo que representa menos de la mitad de la sugerencia internacional. Esto significa que el gasto en salud representó el 11.05% del gasto público total.
Es importante mencionar que estos porcentajes pueden variar de un año a otro y dependen de las decisiones de política pública de cada país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020, el 73.5% de la población mexicana estaba afiliada a servicios de salud. De este porcentaje, una gran proporción corresponde a personas que reciben atención en servicios públicos, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Sin embargo, se observó que de la población que informó haber tenido una necesidad de salud en los últimos tres meses, sólo el 44% recibió atención en estos servicios públicos. El presidente López Obrador reconoció en abril de 2021 que la mitad de la población no tiene acceso a los servicios de salud públicos que ofrece el gobierno, ya sea el IMSS o el ISSSTE, por ello, los servicios privados atendieron al 22.4%, los consultorios adyacentes a las farmacias a un 17.7% y el 3.3% de la población se atiende en hospitales del país, según la encuesta nacional de salud y nutrición (Ensanut-2022).
Estas recomendaciones tienen como objetivo transformar el sistema de salud mexicano, mejorando la calidad de la atención, garantizando la equidad en el acceso y asegurando la sostenibilidad financiera del sistema. Ojalá la próxima presidenta de la República Mexicana abra los ojos y oídos para bien de la sociedad mexicana. ¿O no?, estimado lector.