• 19 de febrero de 2025 08:42

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Tempestades

Donald Trump, como ave de tempestades, regresó al poder con ánimo y sed supremacista, tras juramentar la Constitución a la que prometió respetar en el Capitolio. En sus primeras horas como presidente de Estados Unidos cumplió lo prometido, al firmar decenas de órdenes ejecutivas, confirmando al mundo lo que sigue siendo su estilo personal de gobernar, evidenciando que el Estado de derecho no existe para él.

Con el deseo de regresar a la época dorada de su país firmó 78 decretos revocando las políticas públicas de su antecesor Joe Biden, cerrando los ojos, por ejemplo, a la emergencia climática mundial.

Firmó retirarse del Acuerdo de París, que busca evitar los cambios bruscos al medio ambiente (parte del estado de Florida fue destruido recientemente por un tornado y ahora Los Ángeles por los incendios). Todavía más, suspendió el compromiso de usar autos eléctricos en el futuro para seguir con los convencionales que generan contaminación para reimpulsar la industria automotriz de su país. Lo dijo con claridad, “seremos una nación productora de petróleo y gas” que exportará energía a todo el mundo. Por ello pretende apoderarse del Canal de Panamá y cambiarle el nombre al golfo de México por el de América, mostrando su lado autoritario y colonizador.

El presidente Trump debiera recordar que, fue el presidente Jimmy Carter quien negoció la devolución del Canal de Panamá a los panameños y obtuvo los más de dos tercios de los votos en el Senado de Estados Unidos necesarios para ratificar los tratados de 1978, confirmados por los presidentes de ambos partidos: Ronald Reagan, George H.W. Bush y Bill Clinton, obligados por los términos bilaterales del tratado. Según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos más de dos de cada tres de los barcos que transitan por el canal vienen o van a puertos estadunidenses.

Su programa geopolítico de seguridad nacional incluyó abandonar a la OMS, al considerar una mala administración de la pandemia de covid-19, esta decisión permitirá que los brotes de enfermedades infecciosas o desastres ambientales se den con mayor facilidad.

Qué decir del tema económico, al cumplir su amenaza de imponer aranceles de 25% a México y Canadá a partir del 1 de febrero, además de firmar el decreto sobre inmigración declarando una emergencia nacional en la frontera con México, cancelando la aplicación fronteriza llamada CBP One, que permitía el ingreso de los migrantes de manera ordenada y legal a su país, además de iniciar el proceso para terminar con la ciudadanía por nacimiento, lo que habrá de provocar una batalla legal en los tribunales de su país.

Trump, con una visión étnica-nacionalista, expulsará a millones de migrantes, poniendo en alerta a las ciudades que habitan por la represión que habrán de vivir con un gabinete integrado por gente leal a sus ideas e intereses, los más sin carrera política, con excepción de Marco Rubio (senador por 18 años de Florida), nombrado secretario de Estado, será el negociador por excelencia de los grandes asuntos de la agenda global, como mediar los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania, e Israel y Pakistán, por mencionar algunos. Trump presumió que lograría la paz en 24 horas y no lo cumplió.

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