La administración del gobernador Rubén Rocha Moya en Sinaloa está pasando por un momento muy difícil. A mitad de su sexenio, enfrenta la peor crisis de seguridad, gobernabilidad y credibilidad de su gobierno. La situación se ha agudizado por la detención de Ismael Zambada García, el asesinato de Héctor Melesio Cuen Ojeda, la investigación de la Fiscalía estatal, además de la lucha entre carteles.
La percepción general es que su administración no ha sido lo suficientemente efectiva en la lucha contra la delincuencia y la protección de los ciudadanos.
La exasperación ante la violencia ha llegado a un punto crítico. Ayer, cientos de manifestantes se reunieron frente a las oficinas del gobernador, Rubén Rocha Moya, para exigir justicia y paz en el estado. La protesta se intensificó cuando un grupo de manifestantes irrumpió en las oficinas del gobernador, causando destrozos y daños en la propiedad.
La indignación de los manifestantes se centra en la creciente violencia en Sinaloa, especialmente en el caso de los dos niños, Gael y Alexander, que fueron asesinados junto con su padre en un ataque armado el pasado 19 de enero. La comunidad exige respuestas y acciones concretas del gobierno para abordar la violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La manifestación también refleja la desesperación y el hartazgo de la población ante la inacción del gobierno para abordar la violencia. Los manifestantes llevaron pancartas y gritaron consignas pidiendo justicia y paz en Sinaloa.