Por la forma como se han desempeñado las precandidatas presidenciales del oficialismo y la oposición, la lucha local será la clave del triunfo. Normalmente, en una elección presidencial, es el voto hacia el candidato presidencial lo que jala el voto de las gubernaturas, las alcaldías y los diputados. Cuando hay un gran candidato o candidata, su arrastre jala el voto local y hasta terminan ganando algunos candidatos que jamás se imaginaban que podrían triunfar. La ola del candidato presidencial arrastra al triunfo hasta a los candidatos más débiles de sus partidos.
Sospecho que esta vez no será así. Ni Claudia ha mostrado ser una candidata con fuerza y carisma suficiente, ni Xóchitl avanza con la fuerza necesaria para conquistar a los votantes cambiantes (switcher) o los abstencionistas. Mientras la fuerza de Claudia reside en la marca Morena que concentra muchos favorables; Xóchitl arrastra con marcas menos creíbles.
La poderosa maquinaria de Morena a nivel local, está más aceitada que nunca, aunque habrá zonas que, por la división de sus huestes, estén con algunas debilidades. Es por eso que para la alianza opositora es necesario contar con buenos candidatos a nivel local que apuntalen la candidatura presidencial; rostros creíbles, confiables y cercanos a los votantes de sus territorios, para que las batallas locales sean libradas de manera adecuada ante la poderosa estructura morenista, que trabaja la tierra de la mano del padrón de beneficiarios de los programas sociales.
Es en el ámbito local en donde los gobernadores morenistas se preparan a cumplir las metas que les marquen desde el centro. A esto, súmele el pragmatismo de actores políticos que siempre quieren ganar, aunque tengan que dejar a sus antiguos partidos, pensando que pueden seguir saltando de rama en rama, transitando por distintas fuerzas políticas, de acuerdo a como se mueve el viento.
Por eso sospechamos que lo local será fundamental, sobre todo para el frente opositor. Por ahora su candidata presidencial no está impactando en los segmentos de votantes que le permitirían crecer, y sus seguidores son los mismos que conforman el voto anti AMLO, que ya concentraba puntos similares en las encuestas, aún antes de la irrupción de Xóchitl; es decir la precandidata opositora, hoy por hoy, no avanza.
Lo local ha pesado en otras elecciones, por ejemplo, en la elección presidencial de 1988, aunque el candidato postulado por el PAN tenía un gran carisma, no logró darse a conocer en todo el país, y fue el norte y bajío con candidatos panistas locales, nuevos y creíbles, los que le dieron más votos al Partido Acción Nacional. Mientras que, Cuauhtémoc Cárdenas, con escaso carisma y ánimo, le apoyó una estructura expriísta del centro y sur de México y estuvo a punto de convertirse en el presidente de México.
En esa elección presidencial de 1988, el arbitro electoral era Manuel Bartlett Díaz; sí, el mismo al que se le cayó el sistema y que al regresar, ya el candidato priísta Carlos Salinas de Gortari se había recuperado en los reportes del órgano electoral controlado por el gobierno.
En esa época, Carlos Salinas, sin mayor carisma, logró hacerse del triunfo, gracias a la poderosa maquinaria local del PRI, en regiones estratégicas, que permitieron darle la vuelta a la elección “aiga sido como aiga sido”. Fueron esas zonas locales las que voltearon la tortilla, para que Salinas llegara a la presidencia.
Ahora que el oficialismo controla una parte del INE y hasta del Tribunal electoral, habrá una competencia poco equilibrada y democrática, y entonces las batallas locales serán fundamentales. Por eso la tarea de la oposición es seleccionar buenos candidatos en lo local; este es un asunto de extrema importancia para el frente opositor, pero al parecer no lo están dimensionando como se debe. Después de leer quien encabeza las listas de los candidatos plurinominales de la oposición, podemos pensar que sus dirigentes no tienen nada claro de qué se tratará la batalla del año 2024.
Los Populistas fuera y dentro del poder tienen las mismas tácticas:
Luis Gabriel Carrillo Navas
atacan, critican, amenazan, se victimizan, pero jamás ceden