• 29 de enero de 2025 13:58

PULSO CIUDADANO

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Pragmatismo

 Donald Trump lo apoyaron las minorías de jóvenes, latinos y afroamericanos en los estados péndulo.

Fallaron las encuestas y ahora es presidente. Al muro azul demócrata, que supuestamente lo iba a contener, lo aplastó la ola roja de conservadores de su país

La economía la convirtieron en un referéndum electoral; economía o democracia fue la dicotomía y la mayoría de las encuestas sugirieron que la dirección económica de su país era lo más importante, y su regreso político será una presidencia robusta, como la de Claudia Sheinbaum, pues tiene el Senado, la Cámara de Diputados y a los suyos en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, todas las ramas del gobierno, será una de las presidencias más poderosas en el globo terráqueo.

Con frases como “los inmigrantes genéticamente son asesinos” y “si no gano yo, Estados Unidos dejará de existir”, retórica que se conoce bien en Europa, donde se vivió el fascismo directamente en Italia y en Alemania, que propiciaron la Primera Guerra Mundial. Pareciera que fue lo que los votantes querían escuchar: “Que arregle la economía” y “que baje el precio de las compras”, ésa fue la prioridad en estas elecciones, la economía, la inflación y los precios, pese a que los datos económicos han mejorado, la realidad dañó a muchas familias con precios que siguen al alza en el alquiler de la vivienda y los seguros médicos, y se impuso con frases como “los inmigrantes ensucian la sangre de los norteamericanos” o que “los inmigrantes de Haití comen perros o gatos”, expresadas en el debate electoral con Kamala Harris.

Trump no es un político, es un hombre pragmático de negocios, bienes raíces y construcción de hoteles, él visita esos lugares, habla con sus trabajadores y conversa con un albañil, con un plomero, con un carpintero y supo de las necesidades que tenía el electorado, por eso, no obstante, los nombres que le pusieron: “Nazi, fascista, amenaza para la democracia, va a quemar la Constitución”, etcétera. A muchos millones de electores los convenció al hablar de la economía, de la canasta básica, del precio del petróleo, del crimen en los vecindarios, de una frontera descontrolada, ése es el mensaje que los votantes querían escuchar y eso les dijo, Kamala simplemente no tuvo esa habilidad de conectar con las personas que a diario sufren económicamente, como lo pudo hacer Trump. Durante meses sostuvo que él sí solucionaría las dos principales guerras, Rusia-Ucrania y Palestina-Israel, incluso antes de la guerra. Y, sinceramente, dudo que estos conflictos armados los detenga hablando con los presidentes Putin y Zelenski, pues su tiempo lo ocupará con la guerra comercial que propiciará con China, que, como toda guerra, sabemos cuándo inicia, pero nunca cuándo y cómo termina. Otro tema que él se propuso resolver fue el de los valores bursátiles, a los que calificó como volátiles; sólo en 2022 llegó hasta 9.1%, la cantidad más alta de las últimas cuatro décadas en Estados Unidos. Por ello la gente votó por Trump, al considerarlo un candidato diferente y de esto se beneficiará Rusia, al dejar de autorizar más dinero y armas a Ucrania, así, Zelenski va a tener que rendirse o sentarse a la mesa para negociar su derrota, por otro lado, en el caso Israel-Palestina, al proponer los Acuerdos de Abraham, promueve un diálogo bilateral, particularmente entre los países árabes e Israel, independientemente del conflicto. A él lo que le importa es el pragmatismo y los negocios, entonces, si decide seguir apoyando a Israel en su discurso político, reanudará el gran error de los demócratas al apoyar con más armas a Netanyahu y perderá imagen y popularidad. En síntesis, generar una propaganda proisraelita no le va a convenir y, además, el presupuesto y todos los impuestos se van a dirigir hacia esta guerra injustificable, violando más derechos humanos y las resoluciones de la ONU. ¿O no?, estimado lector.

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