El voto femenino en Estados Unidos ha sido un tema de gran relevancia en las elecciones recientes, y los resultados indican que un porcentaje menor de mujeres salió a votar de lo esperado, lo que puede reflejar diversas dinámicas sociales y políticas. Es curioso observar el contexto en el que se da este fenómeno, especialmente en una época en la que el feminismo y la igualdad de género están en el centro del debate público.
En esta jornada electoral, Kamala Harris y Donald Trump se presentaron como candidatos en un escenario de polarización. Aunque sus niveles de apoyo eran similares, sus visiones sobre el país y sus propuestas son marcadamente diferentes.
Kamala Harris parece estar enfocada en gobernar con un enfoque en la reducción y ordenamiento de la migración, la mejora de tratados comerciales y la lucha contra el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo. Por otro lado, Donald Trump apeló al temor hacia los migrantes y a las inquietudes económicas para ganar el apoyo que necesitaba, lo que le permitió lograr su triunfo.
En el ámbito migratorio, Trump busca detener completamente la migración y ha propuesto que México asuma parte de su estrategia, así como la deportación de millones de indocumentados. En cuanto al Tratado, su enfoque desafía principios básicos de paridad y está marcado por aranceles y amenazas. En el tema del narcotráfico, su propuesta más controvertida incluye la posibilidad de realizar operaciones militares en México para combatir a los cárteles.
Este contraste en las propuestas resalta no solo las diferencias en sus visiones de país, sino también cómo cada candidato aborda temas que afectan de manera particular a diversas comunidades, incluidas las mujeres y las poblaciones migrantes.